El riego…
Uno de los grandes dilemas a la hora de cuidar nuestras plantas. Nos llena de dudas conocer o cuantificar cuanto, como y con qué frecuencia debemos y podemos regar nuestras plantas.
Es algo sumamente importante porque es la principal causa por la cual podemos hacer daño a nuestra planta y también una de las formas por las cuales nuestra planta se alimenta
Vamos a intentar resolver este tipo de dudas mostrando los distintos tipos de riego, trucos o consejos para ajustar la cantidad y la frecuencia de estos.
¿Cómo regar?
Algo que debemos tener claro es que cada planta y cada variedad de especie tiene unas características diferentes. Esto hace que cada una de ellas tenga y precise de unos cuidados especiales, entre los cuales se encuentran sus necesidades en el riego.
A pesar de todo lo que podamos contar y exponer, debéis ajustaros a las necesidades de vuestras plantas y ver qué tipo de riego se ajusta más a vosotros, pero sobre todo a las plantas.
La finalidad de regar es la de añadir agua a nuestro sustrato para humedecerlo y que las raíces de nuestras plantas puedan absorber esa humedad.
Dentro de los distintos riegos encontramos diferentes alternativas a riegos más directos, algunos que su objetivo es aumentar la humedad que posee nuestra planta y otros que requieren algo más de tiempo, y harán que nuestras plantas recojan la humedad que necesitan.
Riego de superficie
Es el riego común que todos conocemos. El que hacemos con una regadera, a poder ser de morro largo y fino, para ser precisos sobre cuanta agua y en que lugar la vertemos. Este riego es el más usado, el más común y el más rápido de realizar. Consiste en regar la superficie de nuestro sustrato hasta que este vaya absorbiendo agua poco a poco, y hasta que el agua sobrante salga por los agujeros de drenaje del fondo de nuestra maceta.
Para muchas plantas es un tipo de riego que esta muy bien indicado, pero ara algunas otras no será el más recomendable puesto que humedeceremos parte del tallo de la planta, o corremos el riesgo de encharcar el sustrato.
Normalmente volveremos a hacer este riego cuando vemos que el sustrato esta completamente seco.
Pulverización de agua
La pulverización consiste en como bien dice su nombre en pulverizar agua. ¿Dónde? Sobre todo, sobre nuestro sustrato y sobre nuestras hojas.
Cuando lo hacemos sobre nuestro sustrato facilitamos que la humedad penetre poco a poco dentro del sustrato. Evitando encharcamientos y riegos excesivos, conseguiremos una cantidad de humedad no muy alta, pero en la que nuestra planta estará cómoda, aunque es posible que esta no llegue a capas más bajas de la maceta.
Cuando realizamos la pulverización de las hojas, nuestro objetivo es aumentar la humedad que estas van a recibir después de que esta agua se vaya evaporando poco a poco. Cabe recordar que esto no debemos hacerlo con plantas que estén en el exterior durante las horas centrales del día. Puesto que las gotas de agua harán efecto lupa, facilitando que las hojas se puedan quemar. En nuestras plantas de interior que precisen un alto grado de humedad ambiental, esto les ayudará a mantener esa humedad alta que necesitan.
Aunque para estos casos también podemos tener un humidificador que aumente los niveles de humedad ambiental. Otra alternativa seria poner piedra pómez o cantos redondos, en el plato que esta debajo de la maceta. Esto hará que esa agua poco a poco con la temperatura ambiental vaya evaporándose y facilitando que nuestra planta pueda aprovecharse de esa humedad relativa.
Recomendamos no pulverizar nuestros cactus o suculentas. Por que como podréis leer en sus apartados especializados. Sus hojas tienen como objetivo mantener y almacenar agua. Si nosotros solo hacemos que mantener esas superficies húmedas, todavía van a aumentar esa capacidad de retención de agua, algo que va a ser muy dañino y podría llevar a su pudrición.
Por otro lado, va a ser el método de elección para el riego de nuestras plantas de aire o Tillandsia. Las cuales se alimentan de la humedad ambiental y de los nutrientes que pueden encontrar en suspensión.
Riego por inmersión
Es nuestro método de riego favorito y de elección parar la mayoría de plantas. Consiste en dejar nuestra maceta en un recipiente más grande lleno de agua, aunque no cubierto hasta arriba. De esta forma, el agua entrará por los agujeros de drenaje del fondo de nuestra maceta.
La humedad irá subiendo poco a poco por nuestro sustrato y empapará todo el sustrato de forma homogénea y según las necesidades de humedad de este. Es decir, que, si el sustrato ya está húmedo, no seguirá empapándose más, simplemente dejará fluir la humedad hacia el resto de sustrato.
De esta forma nos garantizamos que nuestra planta no recibirá un exceso de agua, ni encharcamiento. Y que todo el sustrato se humedecerá de forma correcta.
Este tipo de riego solemos hacerlo cuando observamos que las hojas de nuestras plantas están “tristes” o ya parece que están un poco alicaídas o han perdido fuerza (no pasa nada si nuestras plantas pasan sed durante 2-3 días, es preferible a que estén durante mucho tiempo con el sustrato encharcado). Es en este momento cuando al regarlas por inmersión poco a poco van a adquirir esa humedad que necesitan y sus hojas van a volver a tener esa fuerza e hidratación necesaria.
Riego con manguera
El riego con manguera o simular la lluvia es algo recomendado para algunas de nuestras plantas.
Imaginad que llevamos todas nuestras plantas a nuestra ducha, y con una fuerza moderada o baja de el cabezal de donde sale el agua al ducharnos, bañamos literalmente nuestras plantas y sus hojas. De esta forma simulamos una ligera lluvia la cual ayuda a nuestras plantas a limpiar sus hojas, remover un poco el sustrato y por supuesto a regarlas y humedecer el sustrato.
Obviamente después de esta ducha literal, es necesario dejar reposar a nuestras plantas para que retiren todo el exceso de agua que han podido retener, y no exponerlas directamente al sol, para no producirles quemaduras por efecto lupa.
Algunas plantas de interior de origen tropical, van a agradecer este tipo de riego de vez en cuando, o cuando las situaciones de clima hagan que la humedad ambiental sea más baja de lo normal.
Riego por inundación
El riego por inundación es un tipo de riego que se usa en agricultura y consiste en dejar caer el agua por todo el terreno, anegando completamente de agua, y dejando tiempo para que la tierra absorba toda el agua.
Este tipo de riego, llevado a nuestras casas, seria lo más parecido al riego por superficie, sin la necesidad de provocar este encharcamiento, ya que la cantidad de tierra o sustrato al que debemos humedecer es mucho menos grande.
Riego subterráneo
El riego subterráneo no es un tipo de riego recomendado en plantas que podamos tener en nuestras casas. Tanto en interior como en exterior.
Consiste en una estructura como la del riego por goteo pero que se coloca en la base o capa media de nuestra tierra o sustrato. Esto genera que el sustrato se humedezca des de dentro y siempre tenga unas buenas condiciones de hidratación.
Suele usarse en agricultura de invernaderos, o en jardines o zonas de exterior que están expuesta a mucha luz solar directa y que adema abarcan una gran superficie
Riego por goteo
El sistema de riego por goteo o gota a gota, es un tipo de riego que se utiliza sobre todo en cultivo de frutas y hortalizas. Consiste en una estructura de tuberías que se coloca encima del sustrato y cerca a cada planta tiene unas salidas por las cuales van vertiendo agua, gota a gota, de forma periódica y durante una frecuencia determinada.
De esta forma se aseguran en grandes superficies, que el sustrato de todas sus plantas se encuentra húmedo y con nutrientes. Ya que no solo pueden verter agua gota a gota, sino que también pueden poner abono líquido, y les facilite llegar a todas las plantas.
En nuestras casas disponemos de diferentes dispositivos e inventos caseros que podemos realizar para llevar a cabo un tipo de riego por goteo. No es necesario, pero si puede sernos muy útil durante periodos vacacionales o momentos del año que pueden ser de mucho calor y tengamos plantas en las cuales nos interese tener un grado alto de humedad.
¿Qué agua es la mejor para regar nuestras plantas?
Nuestras plantas requieren agua, y esta debe de ser de la mejor calidad posible que les podamos ofrecer.
El agua para regar nuestras plantas debe de ser un agua libre de contaminantes y con un pH equilibrado.
Normalmente si vivimos en una zona en la cual podemos usar el agua del grifo para beber, también podemos usarla para regar nuestras plantas.
Las plantas recogen nutrientes sobre todo del sustrato, por lo tanto, el agua debe ser no más neutra posible. En el caso de que el agua lleve nutrientes es posible que nuestras plantas crezcan con más fuerza o energía, pero no es algo necesario.
Un consejo o recomendación que, si va a ayudar a nuestras plantas, seria regar con agua de lluvia. Suele ser un agua muy neutra, sin estar mineralizada y con un pH equilibrado y sin ninguna impureza por no ser un agua tratada.
¿Cuál es el mejor momento para regar nuestras plantas?
La respuesta es depende.
Si que es cierto que vamos a dar una recomendación general… y es que el mejor momento es a primera hora de la mañana. Esto va a hacer que nuestra planta tenga el sustrato húmedo y pueda ir poco a poco absorbiendo humedad a medida que va aumentando la temperatura y aparecen los primeros rayos de luz. Este aumento de temperatura y de luz, hará que poco a poco se facilite la evaporación del agua de nuestro sustrato, aunque esto no pasará de forma rápida ni en un día, pero sí que ayudará también a que, si hay algún exceso de agua, facilite su evaporación.
En el caso de nuestras plantas de interior. Debemos regar cuando el sustrato este seco. Cuando observamos que el sustrato de nuestra planta esta completamente seco, o al levantarla notamos que pesa poco o nada, quiere decir que la cantidad de humedad interna que posee es muy baja, y que por lo tanto necesita ser regada.
Otro consejo que podemos dar es ayudarnos de un palillo de madera. Al igual que se hace en repostería cuando s pincha un pastel o bizcocho para comprobar si este hecho por dentro. Aquí podemos hacer algo parecido, y es meter un palito de madera en nuestro sustrato y retirarlo. Si el palo sale húmedo o con sustrato pegado, quiere decir que todavía tiene humedad en el interior, pero si por el contrario sale totalmente seco, o con sustrato pegado que se cae al tocarlo, nos estará indicado que el sustrato esta seco y podemos regar.
Otro elemento que nos puede ayudar son los sensores de humedad. Hay muchos, de muchos tipos, precios y muy variados. Des de los más sencillos de cerámica o barro que al estar húmedos notaremos como cambian de color al retener ellos mismos humedad, hasta los que son digitales, o analógicos y van clavados a nuestro sustrato. En la tienda tendremos un apartado con sensores de humedad.
Como podéis observar el tema de los cuidados es bastante complejo y un mundo muy amplio y variado para cada planta. Es por ello que en cada tipo de planta vamos a ir profundizando poco a poco en sus cuidados y necesidades. De esta forma podéis ver como regar los cactus y suculentas.
En líneas generales aquí encontrareis indicaciones sobre como regar y como hacerlo para que nuestras plantas estén muy bien cuidadas.
Ante cualquier duda, no te preocupes. Ponte en contacto con nosotros e intentaremos ayudarte de la mejor forma posible.