Ubicación y luz

La Luz

Elemento indispensable e imprescindible para la vida de las plantas. Les permite procesar los nutrientes del sustrato para convertirlos en alimento. Esta luz es necesaria para hacer la fotosíntesis.

Como ya sabemos, cada planta es un mundo. Como consecuencia cada especie y variedad tendrá unas necesidades de luz específicas. Algunas necesitarán muchas horas de luz directa o indirecta y otras plantas estarán estupendas a la sombra y dentro de casa, recibiendo una ligera luz indirecta.

Por eso debemos conocer que no todas las luces son iguales. Conocer que la luz natural es la mejor para nuestras plantas no es suficiente, porque debemos conocer la cantidad de luz que nuestras plantas necesitan.

La luz natural

La luz natural es perfecta para nuestras plantas y para todos los seres vivos. No es que sea buena, es que es necesaria para la vida.

Tanto es así que todas nuestras plantas necesitan luz, pero la cuestión clave es. ¿Cuánta luz?

Vayamos por pasos. En un día soleado, en el exterior se estima que de media hay una luminosidad de unos 100.00 luxes, y en el interior de nuestras casas que puede estar iluminada con luz artificial puede haber unos 500 luxes. La diferencia es muy grande.

Pero no nos volvamos locos.

Porque si exponemos todas las plantas a la luz natural durante todo un día, vamos a tener serios problemas… Por qué no están preparadas para eso. Cada una de ellas tiene sus necesidades. Es decir, que nuestras plantas necesitan luz, SÍ. Pero hemos de saber cuánta y en qué medida.

Hemos de conocer que los rayos de luz del sol son más intensos durante el medio día y la tarde que durante las primeras horas de la mañana.

Y que no es lo mismo los rayos de luz durante el verano que durante el invierno. En el verano los rayos de luz son más intensos porque son más verticales, que durante el invierno. Y sumado al aumento de temperatura hacen que la humedad o el ambiente sea más seco, lo que puede no ayudar a nuestras plantas.

¿Qué ubicación es mejor?

Lo más importante a la hora de incorporar una planta a nuestro jardín, casa o terraza, es conocer sus características.

Debemos conocer si esa variedad está preparada para recibir luz directa o indirecta, si necesita mucha luz o poca, o si necesita mucha humedad o ninguna.

Es bastante información, pero con esto conseguiremos encontrar el lugar adecuado para nuestras plantas.

En el caso de plantas de interior, la gran mayoría de ellas requieren de luz. Pero sobre todo de luz indirecta. Es decir, quieren estar iluminadas, sin que los rayos del sol impacten directamente sobre ellas. ¿Es decir que las debemos poner en lugares de sombra? La respuesta es NO. Debemos ponerlas en zonas iluminadas en las cuales no les de el sol de forma directa.

Pueden estar cerca de ventanas que no estén orientadas hacia el sur (que recibe muchas horas de luz directa al día), pero si podríamos ponerlas en una ventana que esté orientada al norte o al este u oeste.

Debemos pensar también en la humedad relativa que deben tener estas plantas. Hemos de pensar que, si por ejemplo son plantas de interior, pero de origen tropical. Estas estarán acostumbradas a tener una humedad relativa más alta.

Es por ello que existen especies de plantas que pueden vivir muy bien en nuestros baños, puesto que la humedad que se genera de la ducha, les ayuda a hidratarse. Pero eso sí, nuestro baño debe tener luz natural, aunque sea indirecta. Si no, hemos de recordar una de las reglas principales, y es que nuestras plantan necesitan de la luz para vivir.

En el caso de plantas que tengamos en nuestro jardín, terraza o exterior, debemos ser conscientes de la cantidad de horas que van a estar al sol. Por lo tanto, hemos de ser conscientes de que deben de ser plantas que toleren la luz directa, y controlar nosotros sus condiciones de humedad. Ayudarlas en la medida de lo posible a mantener unos niveles de humedad adecuados a su especie.

Nuestra recomendación general es que cuando incorporemos una planta nueva que no conocemos, no ponerla en ninguna ubicación que pueda ser extrema y darle tiempo para que se adapte a esta nueva ubicación.

Observando su posterior crecimiento, podremos valorar si esa ubicación le es positiva o negativa. Cuando nuestras plantas reciben mucha luz del sol, este puede producir cambios de coloración en sus hojas, quemaduras. Y, por otro lado, cuando nuestras plantas crecen sin esa luz natural, estas crecen de una forma endeble y blandita a la vez que van creciendo sin fuerza. Y es la consecuencia de crecer sin luz natural.

Es muy importante encontrar ese equilibrio de luz y ubicación que nos ayude a mantener a nuestras plantas felices y las cuales puedan crecer de forma natural.

¿Pueden crecer nuestras plantas sin luz?

Una cuestión muy recurrente es esta siguiente. Pueden nuestras plantas crecer y vivir sin luz natural…

Os voy a ahorrar un cruel experimento. Fue llevarme un cactus a un baño, el cual no tiene luz natural. Pero iluso de mí, pensé que como eran muy resistentes sobreviviría alimentándose de la humedad ambiental, y que la luz no le era muy necesaria. El final de la historia es que vi como ese cactus moría.

Pues pese a que parezca muy contradictorio, nuestras plantas pueden sobrevivir sin luz natural, pero no sin luz. Por ello podemos ayudarnos de la luz artificial.

Pero este es un mundo muy grande, muy amplio. Por ello vamos a dar unas pequeñas directrices y consejos.

La calidad de la luz artificial es una de las características importantes. Nos referimos al color o la suma de colores que compone la luz que va a recibir nuestra planta. Todas las longitudes de onda de la luz son importantes, pero las mejor absorbidas por nuestras plantas son el azul y el rojo.

  • El azul (entre 400 y 500 nm) es el color que favorece el crecimiento vegetativo, el que hace crecer nuestras plantas hasta que florecen. Si solo diéramos este color a nuestras plantas estas tendrían una estatura bajita y unas hojas de color verde más oscuro.
  • El rojo (entre 600-700nm) afecta al crecimiento del tallo y la floración.

Por lo tanto, la mejor opción, sería una combinación de luz azul y roja, que beneficiaria el crecimiento de nuestras plantas.

Otro aspecto importante seria valorar durante cuanto tiempo debo exponer mis plantas a esa luz artificial.

Pues debemos conocer aproximadamente cuantas horas de luz tenemos en las diferentes estaciones del año. Y a raíz de esa información, adaptar un temporizador a nuestra luz artificial que nos ayude a reproducir esas condiciones.

Y como ultimo aspecto importante, es conocer la intensidad de la luz que se esta generando. Esto lo podremos controlar variando la distancia o la altura a la cual esta nuestra luz artificial en relación a la superficie de nuestras plantas. La época más crucial es la de crecimiento de nuestra planta si la hemos hecho germinar desde una semilla.

Conforme van creciendo, deberemos ir separando poco a poco nuestras luces. Cuando son muy pequeñitas podremos ponerlas a unos 5-7 cm, y a medida que vayan creciendo ir aumentando esa distancia hasta unos 8-10 cm de altura. En el caso de plantas de interior que ya sean más maduras o tengan más hojas, podremos ponerlo entre 30-35 cm e incluso ir aumentando esa distancia.

¿BIEN, Y QUE HAGO CON TODO ESTO?

Aun con toda esta información es difícil conocer o decidirnos que luces artificiales podríamos poner a nuestras plantas. Aunque sabemos que lo ideal sería la luz natural, vamos a intentar resolver estas dudas y encontrar alguna luz artificial que nos pueda ayudar en casa.

Dentro de todas las opciones que tenemos, que son muchas: luz incandescente, fluorescente. Halógena, LED blanco frío, LED blanco cálido, lámparas de alta intensidad de descarga… Nos vamos a quedar con dos, que son las que menos contaminación generan, y las que sus características se acercan más a nuestras necesidades.

  • Lámparas fluorescentes.

Son muy adecuadas para el crecimiento y para enraizar esquejes. Las recomendamos sobre todo para las primeras etapas de crecimiento de las plantas.

Son económicas, tienen un alto rendimiento luminoso y una buena vida útil. Tienen gran variedad de tonalidades de color.

Las luces fluorescentes compactas de espectro completo (CFL) son la mejor opción ya que aportan un equilibrio entre la luz cálida y fría (rojo y azul), que reproduce la luz natural. Están disponibles en forma de tubo y bombillas, y también tenemos luces de cultivo CFL que son más intensas que las fluorescentes estándar.

  • LEDs de última generación.

Como opinión personal, creemos que son los mejores y los que se van a apoderar de este mercado. Ofrecen distintas longitudes de onda, es decir, que abarcan todos los colores del espectro que necesitan nuestras plantas.

Hay multitud de formas, en tubo, en focos, en plafones, etc. Y son de muy fácil manipulación, además de que no generan problemas de salud, ni tóxicos, puesto que los convierte en la opción más ecológica. Además, suponen un ahorro de energía gracias a su bajo consumo, su alta luminosidad, y el bajo mantenimiento y larga vida.

Por lo tanto, combinar un LED blanco frío (azul) con un LED blanco cálido (rojo) permite proporcionar todo el espectro necesario.

Aunque estos temas sean bastante complejos para la mayoría. Aquí tenemos un pequeño resumen que nos hace la vida más fácil y sencilla a la hora de escoger que tipo de iluminación debemos escoger para nuestras plantas y si nos decantamos por la luz artificial que opciones tenemos con esta.

También podéis visitar la sección de luz artificial de la tienda, donde recomendamos que artículos se pueden adquirir para hacer llegar la luz a vuestras plantas de interior en zonas sin iluminación.

Ante cualquier duda, no te preocupes. Ponte en contacto con nosotros e intentaremos ayudarte de la mejor forma posible.

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