Trasplantar suculentas
Con todo lo que estamos viendo sobre las suculentas, podemos determinar que no son plantas con unos cuidados muy complejos y los cuales necesiten de mucha experiencia para su mantenimiento.
Además, tenemos el añadido de que son plantas muy curiosas y atractivas por la variedad de formas, colores y especies. Si lo sumamos a que son resistentes y su tamaño no suele ser muy grande, son ideales para que podamos tenerlas en casa.
Es muy posible que, con el paso del tiempo y el crecimiento de nuestra planta, esta poco a poco nos esté pidiendo un trasplante.
Como ya hemos comentado en el apartado de trasplante de los cactus, esté va a ser muy parecido puesto que son plantas con características parecidas. Pero no siempre es sencillo llevar a cabo este trasplante con las suculentas, puesto que son plantas un poco más frágiles. Vamos a desgranar un poco más de información acerca de los trasplantes y cuándo y cómo hacerlo.
Cuándo trasplantar suculentas
Por si no habéis leído el articulo sobre trasplantes de los cactus, vamos a recordar que este tipo de plantas les gusta estar en macetas apretadas. Es decir que el volumen de la maceta en la que se encuentran no debe ser mucho más grande que el volumen de la planta en general. Esto es debido a que sus raíces en seguida intentan abarcar todo el espació posible hacia los lados, y cuando ya lo han completado, entonces buscan más espacio en profundidad.
Es entonces cuando podremos observar si nuestra suculenta necesita un trasplante. Si vemos que alguna de sus raíces aparece por algún agujero de drenaje de la parte baja de nuestra maceta, querrá decir que necesita un trasplante. No son plantas que requieran trasplantes de forma frecuente, pero si vemos que las raíces se salen por los agujeros, nuestra planta nos está pidiendo un recipiente un poco más grande que en que se encuentra.
Si caemos en el error de colocarla en una maceta mucho más grande, hemos de pensar que esta cuando sea regada, tendrá mucha más humedad, lo cual puede afectar negativamente a nuestra planta. Por lo tanto, realizaremos el trasplante a una maceta un poco más grande que en la que se encontraba hasta ahora, pero sin cometer grandes excesos.
Es importante, al igual que en los cactus, que realicemos el trasplante en verano o en los meses cálidos. Ya que es muy fácil que durante el trasplante podamos dañar alguna raíz. En verano si sucede esto no será un gran problema porque la planta en seguida se recuperará del posible daño sufrido, pero en invierno, hay más posibilidades de que ese posible daño produzca algún tipo de pudrición y esto podría generar problemas a nuestra planta.
Pasos para trasplantar nuestra suculenta
Una vez tengamos claro el nuevo recipiente o maceta donde vamos a colocar nuestra suculenta, vamos a proseguir a trasplantarla:
- Prepararemos nuestra nueva maceta. Es sumamente importante que tenga agujeros de drenaje. Si no los tiene se los haremos nosotros, o nos fijaremos en ello antes de comprar esta nueva maceta.
Cubriremos la parte inferior con una capa de piedras gruesas o volcánicas, que gracias a su porosidad nos ayudaran a facilitar el drenaje.
Encima verteremos nuestro sustrato que puede ser comprado especifico para suculentas y/o cactus o hecho con nuestra receta casera. El cual además puede estar enriquecido con algún tipo de fertilizante.
- Debemos soltar nuestra planta de su actual maceta. Cuando la maceta es de plástico es muy sencillo. Podemos apretar por los laterales con cuidado o dando pequeños golpes, para ayudar a que se suelte. O en caso contrario podemos cortar nuestra maceta para liberar la planta más rápidamente.
Hemos de tener cuidado con tener la tentación de tirar de nuestra suculenta. Pues es algo a evitar a toda costa, por que son plantas delicadas y podríamos provocar serias lesiones que serian fatales para nuestra planta. Si fuera el caso de que nuestra suculenta tuviera espinas, usaríamos unos guantes de jardinería para no pincharnos.
- Trasplantar la suculenta. Si estamos trasplantando nuestra planta de forma completa, debemos dejarla a una profundidad de un dedo o dos por debajo del borde de la maceta, para después acabar de cubrirla con nuestro sustrato.
Si tenemos cuidado, podemos airear un poco las raíces de nuestra planta, pero si vemos que están muy enredadas o no nos vemos con la confianza suficiente es mejor no tocarlas.
Por otro lado, podemos estar hablando del trasplante de un hijuelo o un esqueje. En este caso que profundizaremos más en el tema de reproducción por esquejes, deberíamos de dejar que nuestros hijuelos comiencen a sacar raíces. Para esto hemos de dejarlos en la superficie en contacto con el sustrato, y pulverizar un poco la tierra a su alrededor. Solamente con esto e una semana conseguiremos que nuestro hijuelo comience a generar raíces, y cuando estas sean de un tamaño algo considerable, podremos trasplantarlo con normalidad.
Recordamos los cuidados básicos
Como resumen, podemos decir que los cuidados generales de las plantas suculentas son los siguientes:
- Riego: no excederse con el riego. La mayoría de ellas procede de climas desérticos o muy cálidos, y un riego excesivo provocará pudrición, siendo esto fatal en muchos casos.
- Tierra o sustrato: lo esencial es que sea un sustrato muy aireado y drenante que facilite el buen drenaje de la humedad, para que el agua no se quede estancada.
- Luz: prácticamente todas ellas necesitan de una gran cantidad de luz, por lo que es necesario que las ubiquemos en lugares muy iluminados. A la vez hemos de tener cuidado con el sol directo en los meses de mucho calor, ya que este mismo podría producir quemaduras.
Ante cualquier duda, no te preocupes. Ponte en contacto con nosotros e intentaremos ayudarte de la mejor forma posible.